Tribalismo y reconciliación
“Ahora es más importante que nunca contemplar caminos potenciales que lleven a la reconciliación y a la coexistencia pacífica” asegura la autora de este artículo.
La cultura, el lenguaje y el sentido de pertenencia, suponen una forma potente de solidaridad e identidad en Sudán. El concepto de tribalismo engloba muchas de estas cuestiones, pero el artículo defiende ante todo que éste es en realidad una forma eufemística de describir las realidades incómodas relacionadas con el reparto de poder. El miedo ante un trato desigual, la denigración de una cultura a favor de la mayoritaria, o la capacidad de acceder a la seguridad y la protección son temas que generan sentimientos fuertes entre la población a la que afectan, y son fruto de la dura realidad que muchas personas han experimentado a lo largo de sus vidas.
De acuerdo a la autora, el Gobierno de Sudán ha utilizado etiquetas tribales para clasificar y manipular a la población con el fin de controlarla. La historia de Sudán está sembrada de casos en los que las autoridades sudanesas han instigado a diversos grupos a combatir entre sí. Los sentimientos de injusticia derivados de estas prácticas no son fáciles de erradicar.
La reconciliación es una parte de este proceso y resulta vital para el futuro de todas las personas implicadas. Esto incluye pensar cuidadosamente en la forma en la que se interactúa con el resto. El lenguaje, así como las clasificaciones y etiquetas que se emplean para identificar a los demás, es muy importante para mantener un ambiente de respeto y preparar las condiciones de una posible paz. Una propuesta que lanza la autora consiste en preguntarse “qué elementos tenemos en común y qué prácticas compartimos”. De esta manera se estimulan las similitudes por encima de la diferencia. También considera que se puede aprender mucho de las ideas paganas, base de muchos sistemas de creencias en Sudán, sobre la importancia del respeto y del compartir para la creación de un futuro común.
El tribalismo no puede limitar la forma de pensar, opina la autora. Ella considera que los cambios deben ir acompañados por acciones que mejoren la calidad de vida, la transparencia, las oportunidades educativas y el trato equitativo para todo el mundo sin importar quiénes son o cuál es su origen. En definitiva, concluye, la clave pasa por trabajar de forma conjunta para forjar nuevas direcciones y nuevos caminos.