Enviar artículo a un amigo
Mujeres darfuríes participan de un teatro comunitario. UN/Albert Gonzalez Farran.
La impunidad de la que gozan los perpetradores de violaciones en contextos armados tiene como trasfondo un tejido social previo al conflicto mal estructurado, basado en las diferencias sociales de género. A su vez, esa impunidad es la que provoca que se emplee la violencia sexual como arma de guerra y favorece que se masifiquen los crímenes sexuales en contextos de conflicto. La violencia sexual no es sólo utilizada como arma de guerra sino que también es ejercida por la población civil o algunos profesores o integrantes de misiones humanitarias y otros actores que están allí para ofrecer apoyo a la población.
Las violaciones sexuales en épocas de conflictos armados no son sólo un arma de guerra sino que se extienden también indiscriminadamente contra las mujeres entre la población civil. Y son consecuencia, entre otros factores, de la impunidad sistemática con la que eran tratadas las inequidades de género antes del conflicto en la sociedad afectada.