Este artículo argumenta que la práctica de la prevención de conflictos violentos no es nueva y que hay algunos principios ampliamente aceptados que en su conjunto constituyen un acercamiento básico para la prevención efectiva. Lo que falta son modelos operacionales que efectivamente incorpore la mayoría de los elementos de este acercamiento.

Este artículo presenta y analiza críticamente un modelo de prevención de los conflictos violento que tiene una mirada global sobre el problema y un proyecto piloto basado en este modelo que ha funcionado en Guinea-Bissau desde 2004.

El modelo se presenta bien diseñado e incorpora los acercamientos básicos para la prevención efectiva, así como un cierto número de principios para un buen compromiso internacional en estados frágiles.

También se presenta como un marco útil para la prevención dinámica de conflictos, que puede ser entendida como la identificación proactiva y sobre la marcha de los factores que son causa probable de conflicto violento y del modo de enfocarlos sin importar en qué sector o a qué nivel se produzcan. Más aún, la estructura flexible de este modelo lo sitúa bien para su amplia aplicación en otros estados y regiones donde prevenir la violencia.

Los puntos débiles de este modelo incluyen las limitaciones en el rango de acciones preventivas que se pueden utilizar, limitaciones en la generación de voluntad política y la dependencia de profesionales altamente experimentados y bien informados para una aplicación efectiva en otros contextos.