Las tensiones continuas entre Sudán y su vecino Chad son una las causas que impiden la estabilidad en la región. El informe sobre Chad y la República Centroafricana compromete a los gobiernos de los tres países a terminar con las causas de la proliferación de armas y los conflictos interétnicos.

Las continuas tensiones entre Chad y Sudán han obstaculizado los esfuerzos de paz en la región, prolongando la crisis humanitaria en ambas naciones, dijo el Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon, en un informe que se hizo público el pasado lunes.

“La perpetuuación de las hostilidades entre Chad y Sudán continúan frustrando las soluciones al conflicto de Darfur y el este de Chad, exacerbando la situación apremiante de las personas civiles en ambas regiones”, escribió Ban Ki-moon al tiempo que instó a infundir nuevo vigor a los “significativos esfuerzos de paz”.

Los acuerdos entre Chad y Sudán alcanzados en Doha, Qatar, en mayo y en Dakar, Senegal, en marzo, no se han concretado, dijo.

Pero el Secretario General subrayó que la “paz a largo plazo y la estabilidad de la región dependen principalmente de que se resuelvan los conflictos internos que prevalecen tanto en Sudán como en Chad”.

En este sentido, calificó como alentador el establezca un cuerpo electoral independiente del Gobierno chadiano y la oposición para observar las elecciones, pero dijo que también eran esenciales las reformas de gobierno y un proceso integral de reconciliación nacional.

El último informe del trabajo de la misión de las Naciones Unidas en la República Centroafricana y el Chad, MINURCAT, indica que la misión está haciendo progresos firmes aunque limitados hacia el total cumplimiento de su mandato.

MINURCAT sólo está siendo capaz de aportar seguridad parcial al área, gracias a la construcción de bases operativas y el continuo despliegue de cascos azules, dijo Ban Ki-moon.

“Estos esfuerzos, complementados con programas de la comunidad humanitaria y de desarrollo para la consolidación de la paz bien sincronizados podrían contribuir al retorno voluntario de las personas desplazadas internas (IDP) y las refugiadas a sus lugares de origen”, agregó.

Durante el período supervisado, desde finales de Julio, la proliferación de armas, las disputas tribales y las tensiones fronterizas continuaron afectando el este de Chad. Ban Ki-moon exigió: “Mientras MINURCAT y sus socios relevantes toman medidas para mejorar la situación a nivel local, es esencial que el Gobierno de Chad redoble sus esfuerzos para ocuparse de las fuentes de inseguridad, incluyendo las causas en las que radican las disputas interétnicas y la proliferación de armas”.

Por otra parte, en cuanto a la República Centroafricana (CAR), el Secretario General informó que el gobierno había incrementado sus esfuerzos para restaurar su autoridad en el noreste del país y fomentar el diálogo intercomunitario.

Las tensiones interétnicas y la debilidad de las instituciones del Estado son todavía temas preocupantes, remarcó el informe al Consejo de Seguridad.

En septiembre de 2007, el Consejo de Seguridad aprobó el establecimiento de una presencia multidimensional en Chad y la CAR, que estuviera en manos de la ONU, en concordancia con la presencia militar de la Unión Europea (UE), la EUFOR, y con el objetivo de proteger a los civiles y facilitar el acceso a la ayuda humanitaria a miles de personas desarraigadas por la inseguridad en ambos países y en Sudán. El 15 de marzo de 2009, las fuerzas de paz de la ONU tomaron también el relevo de la EUFOR.