Guerra de guerrillas entre Sudán y Chad
Guerra de guerrillas entre Sudán y Chad
Por Blake Evans-Pritchard, editor de África para IWPR
Scott Gration, el recientemente nombrado de los Estados Unidos a Sudán, entiende que hay muchos temas diferentes en torno al conflicto de Darfur que deben ser resueltos para poner fin al sufrimiento para el bien de la región.
Desde su nombramiento en marzo, el ex oficial de la fuerza aérea de USA ha dado pasos positivos en algunos de estos temas.
Pero no se está haciendo lo suficiente par aponer fin a la guerra de guerrillas que se desarrolla a través de la frontera entre Sudán y Chad, y a menos que esto se resuelva, la paz en Darfur es probable que sigua siendo esquiva.
Las Naciones Unidas estiman que tanto como 300.000 personas han sido asesinadas como resultado de las luchas en Darfur desde 2003, aunque el Gobierno sudanés mantiene que este número es no más de 10.000.
Se estima que el número de personas que han sido desplazadas por el conflicto alcanza los 2,6 millones, de los cuales 250.000 buscan refugio al otro lado de la frontera en Chad.
Aunque oficialmente la guerra ha llegado a su fin, y Gration dice que Jartum no está más involucrado en una política “coordinada” de genocidio, el sufrimiento de quienes están en los campos continúa.
Hasta que haya una paz duradera en la región, quienes han sido desplazados no pueden retornar a sus hogares.
Se espera que Washington complete su revision de una política integral para Sudán dentro de las próximas semanas.
Pero Colin Thomas-Jensen, un consejero politico del Enough Project, que hace campaña contra el genocidio en todo el mundo, teme que el componente Chad pudiera ser excluido de esta revisión.
“Chad es un estado con la piel marchita”, dijo Thomas-Jensen. “Chad tiene una crisis interna crónica la cual, a menos que sea resuelta, deja pocas chances para terminar con al guerra de guerrillas con Sudán”.
Es probable que el resto del mundo siga de cerca cualquier nuevo cambio de dirección de Washington, y dejar la ecuación de Chad fuera de la revisión política sería una oportunidad perdida para la nueva administración estadounidense.
En el centro de las relaciones entre Chad y Sudán subyace una lucha perpetua por la supervivencia de los dos líderes autocráticos de los países: Omar al-Bashir en Jartum e Idriss Déby en Yamena.
Ambos regímenes se han acusado mutuamente de financiar a los movimientos rebeldes al otro lado de la propia frontera.
Aunque es casi imposible encontrar evidencia contundente de estos reclamos, cada lado tiene ciertamente un buen motivo para respaldar a los diferentes grupos de rebeldes”.
Para Déby, apoyar a tales movimientos es un a forma efectiva de encabezar cualquier futuro intento de golpe sin aplicar una carga pesada a sus propias fuerzas de seguridad.
El JEM es la elección obvia de Déby como grupo para respaldar, ya que la mayoría de sus líderes proviene de su propia tribu, los zaghawas.
Por otra parte, Bashir, lleva mucho tiempo exasperado con la intromisión de Chad en el conflicto de Darfur, y cree que el cambio de régimen en Yamena haría más fácil una imposición de su voluntad en la región.
Los ataques transfronterizos han decaído últimamente “aunque esto puede tener mucho más que ver con la imposibilidad de luchar durante la estación de lluvias que con una mejora de la situación política.
Según Selena Breweb, una consejera política de Human Rights Watch, HRW, quien ha estado recientemente en la región, “la situación sigue extremadamente tensa”.
Ambos, el Gobierno chadiano y el Gobierno sudanés, han desplegado soldados a lo largo de la frontera para no perder de vista una posible insurgencia rebelde, lo cual crea una mayor tensión.
Las dos operaciones de la ONU a ambos lados de la frontera –UNAMID en Sudán y MINURCAT en Chad- hacen lo que pueden pero, como señala Brewer, “Ambas están de espaldas a la frontera”, lo cual deja una brecha donde todavía hay terribles atrocidades sin monitorear”.
El éxito más grande de Gration desde su nombramiento podría decirse que ha sido persuadir a cuatro influyentes facciones rebeldes de Darfur de unirse para mantener conversaciones de paz con el Gobierno sudanés.
Elocuentemente, sin embargo, el JEM, del cual se piensa que recibe gran parte de su financiación de Déby, no es una de ellas.
El JEM sigue siendo uno de los movimientos rebeldes de Darfur más significativos, y es Chad el que tiene la clave para sentarlo en la mesa [de negociaciones].
Aún si Déby no es directamente responsable de los fondos del JEM, lo que parece dudoso, el hecho de que no esté haciendo nada para refrenarlo es despreciable.
Los rebeldes de JEM han operado durante largo tiempo desde Abeché, la cual está dentro de la frontera Chadiana y supuestamente patrullada por las fuerzas armadas chadianas, hacia el exterior.
El Movimiento de Liberación del Pueblo de Sudán, SPLM, el cual es parte de una incómoda alianza de reparto de poder con el Gobierno, reconoce el importante rol que Chad puede jugar en el fin del conflicto de Darfur.
En el pasado octubre, Pagan Amum, el secretario general del SPLM, mantuvo conversaciones con Déby destinadas a resolver la crisis.
En privado, el SPLM, espera que, si se consiguiera provocar una paz duradera, los pueblos marginados de Darfur expresaran cierta solidaridad con el SPLM, que acaba de salir de su propia guerra prolongada con el Gobierno.
Encontrar una forma coordinada de gestionar Chad, no es una tarea sencilla, sin embargo.
Las dos naciones que continúan teniendo la mayor influencia sobre Chad son Francia y Libia, las cuales han apoyado el regimen de Déby en el pasado.
Cualquier iniciativa que involucre a Chad debe ser canalizada a través de uno de estos dos países.
Gration es bien conciente de esto y, en agosto, anunció que había estado hablando con Libia para encontrar una solución.
Pero Thomas-Jensen, del Enough Project, tema que el enviado a Sudán, esté siendo demasiado cauto en la prescripción de remedios para Chad –y el riesgo de esto es que esto podría no estar reflejado apropiadamene en la revisión de la política de USA-.
“Claramente, Gration quiere abordar los elementos de la guerra de guerrillas como parte de su informe”, dice. “Pero al mismo tiempo, no quiere quedar atrapado en el trabajo de arreglar los problemas internos de Chad. Nuestra preocupación es que podría haber una estrategia para Chad, pero no estará allí la fuerza diplomática para avanzar en ella”.
A menos que Chad pueda ser persuadido de tomar más responsabilidad para poner fin a las hostilidades de los rebeldes a través de la frontera, el resto de las iniciativas para poner fin al sufrimiento en la región producirá sólo resultados limitados”.
- Sudan And Chad's Proxy War