Cuándo es un buen momento para acusar
En cada caso, el momento de las acusaciones de la Corte Penal Internacional (CPI) ha provocados muchas opiniones y controversia entre las fuerzas de paz, los trabajadores humanitarios, los diplomáticos y los activistas de derechos humanos; particularmente en relación con su posible impacto en los delicados acuerdos de paz o las negociaciones en proceso.
La cuestión es si la paz y la justicia pueden ser perseguidas simultáneamente. Según los autores del documento, los partidarios de la corte insisten en que la justicia puede y debería prevalecer.
Provocado por la reacción internacional –tanto a favor como en contra- ante la acusación del Presidente sudanés, Omar Hassan al-Bashir y sus potenciales efectos sobre el conflicto de Darfur, este estudio “examina qué impacto, si es que alguno, tiene el momento en que se emiten la acusaciones criminales internacionales sobre la promoción de la paz y la mejora de las condiciones humanitarias en el terreno”.
Observando la trayectoria de la corte, desde su primera acusación en el norte de Uganda al controvertido proceso del Presidente sudanés, destacan el delicado desafío de perseguir la justicia en medio de los esfuerzos internacionales para resolver algunos de los conflictos más complejos y con más mortalidad del mundo.
En lugar de agregar elementos nuevos a un debate que a menudo incorpora elementos emocionales, este estudio en cambio examina qué factores externos, si es que alguno, aportan la acusaciones de la CPI a favor de la paz en una situación dada.
Los resultados del análisis sugieren que son necesarias ciertas precondiciones para que las acusaciones tengan impacto en las negociaciones de paz. Primero, un cierto nivel de cohesión y la consecuente voluntad de imponer costas reales por incumplimiento. Segundo, la corte tiene que ser percibida como un árbitro imparcial de justicia internacional y contar con el respeto y la legitimación de la población nacional sobre la que trabaja, tanto para recoger evidencia como para ocuparse de la impunidad de un modo imparcial.
Asimismo, los autores aseguran que el momento de las intervenciones de la CPI en las crisis humanitarias complejas tienen una relevancia clara, aunque no es predecible ni está claramente definica, ya que habitualmente las realidades políticas en el terreno son únicas y complejas.
Todos los casos sugieren una tensión inherente entre las exigencias de paz y las de justicia. En este sentido, la acusación de al-Bashir parece representar el mayor interrogante, tanto para la paz en el terreno de Darfur como para el futuro de la CPI.