Desde que el pasado 15 de enero se iniciaran una serie de enfrentamientos entre rebeldes y tropas sudanesas, el aumento de la violencia, subrayó Ruedas, ha provocado el “mayor de los desplazamientos que hemos visto en la ONU en la última década en la zona de Jebel Marra, donde ya se produjeron enfrentamientos en años anteriores”.

El conflicto iniciado a principios de 2016 en Jebbel Marra se extiende por la zona central de Darfur y también por Darfur del Norte y Darfur del Sur. Desde entonces, “las agencias de la ONU no han podido acceder a algunas zonas para verificar el número de personas forzadas a huir”, dijo Ruedas. Por esta razón, a día de hoy aun no se puede concretar un número exacto de desplazados.

La Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) informó que unas 38.000 personas han huido del Norte de Darfur. Por otra parte, la situación en Darfur Central es aun más difícil de verificar debido al acceso limitado a la región. Sin embargo, algunos informes estiman alrededor de 50.000 personas desplazadas.

Naciones Unidas ha solicitado a Sudán que deje acceder al personal a las zonas afectadas por los recientes enfrentamientos en Jebel Marra.

“El Gobierno de Sudán tiene el deber de facilitar acceso libre, pleno y sin trabas a todas las zonas afectadas por el conflicto”, dijo Aristide Nononsi, el experto independiente de la ONU en la situación de los derechos humanos en Sudán.

Jebel Marra es un bastión del ELPS, uno de los grupos en la región de Darfur occidental que se rebeló hace trece años contra el gobierno de Bashir, quejándose de que estaban siendo marginados.

Los enfrentamientos del mes pasado se produjeron después de un periodo de relativa calma en esta región azotada por los conflictos. Según datos de la ONU, unas 300.000 personas han muerto en el enfrentamiento.