El conflicto de Sudán y Sudán Sur parece haber entrado en una grave escalada violenta en la que ambos países se enfrentan principalmente por el control de la producción petrolera en la zona fronteriza.
Además de este conflicto con el país vecino, independiente desde el 9 de julio de 2011, el Gobierno de Sudán (GoS) está involucrado desde hace años en otros enfrentamientos cuyo desarrollo es menos mediático y aparentemente menos vinculado a la economía internacional.
Hasta el momento los enfrentamientos entre los ejércitos de Sudán y Sudán Sur se han centrado en las zonas de mayor interés estratégico por sus recursos petroleros, como las ciudades fronterizas de Abyei y Heglig.
Sin embargo, Darfur en la frontera con Sudán Sur, no se libra de la violencia. Los grupos armados locales y las Fuerzas Armadas Sudanesas (FAS) se han enfrentado en los últimos días por el control de territorios y recursos armamentísticos.
Por ejemplo, en Darfur Sur, el vicegobernador Abdel Kareem Moussa, dijo que el Movimiento Justicia e Igualdad (JEM) había atacado el área de Sispan en Katila, en la frontera con Sudán Sur. El Gobierno de Katila declaró que el JEM destruyó una torre de comunicación y usurpó provisiones de gasolina, que el área de Goghana también fue atacada y que en el ataque murió un pastor y otro resultó herido. Moussa agregó que también había perecido el ganado en la refriega.
Por su parte, la facción del Movimiento de Liberación de Sudán dirigido por Minni Minawi (SLM-MM) emitió una declaración el martes proclamando que tomaba el control de Um Dafoug, también en Darfur Sur. El grupo armado dijo que se había incautado de armas y municiones y había asesinado a varios soldados y herido o tomado prisioneros a otros: “El SLM-MM destruyó toda la presencia militar de las fuerzas del Partido Nacional del Congreso (NCP) y sus milicias en el área”.
En cambio, el ministro de Información de Sudán y portavoz del Gobierno, Ahmed al-Tayebnego, negó que el área hubiera caído en manos del SLM-MM ya que habían huido después. (Fuente: “Darfur, en la frontera con Sudán Sur”, darfurvisible.org).
Asimismo, en los últimos días, varias personas murieron y otras resultaron heridas a causa de la violencia bajo distintas formas. El contexto de conflicto favorece la masificación del lenguaje armado para todos los debates. A pesar de los acuerdos de paz parciales firmados en 2006 y 2011, entre el GoS y algunos de los grupos armados y los esfuerzos de las misiones de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas (ONU) y la Unión Africana (UA), el día a día de la población sigue marcado por la violencia y la inseguridad.
Aunque hay diferencias de un punto a otro, Kabakabiya, a unos 130 kilómetros de al-Fasher, capital de Darfur Norte, es sólo un ejemplo de la situación que se vive en la región y que continúa provocando desplazamientos forzosos masivos. (Fuente: “Violencia armada en Kabkabiya”, darfurvisible.org.)
Además de la crisis de Darfur, otros estados como Kordofan Sur o Nilo Azul son puntos de enfrentamientos armados entre el Gobierno y grupos armados opositores con graves consecuencias para la población civil, que vulneran la ley humanitaria internacional. (Fuente: “La violencia armada, sin pausa en Sudán”, darfurvisible.org.)
A pesar de su declarada neutralidad, en los últimos años se han registrado ataques incluso contra el personal y los recursos materiales de la misión de paz y las ONG humanitarias presentes en la región.
Por ejemplo, el 20 de abril cuatro cascos azules togoleses, parte de la Misión Conjunta de las Naciones Unidas (ONU) y la Unión Africana (UA) para Darfur, UNAMID, resultaron heridos en un ataque perpetrado por un grupo no identificado de hombres armados en Darfur Oeste, el 20 de abril. (Fuente: “UN-AU peacekeepers attacked in Darfur, 4 wounded”, Sudan Tribune.)

El conflicto de Darfur
En 2003, grupos armados de la región de Darfur iniciaron una revuelta  contra el Gobierno central de Jartum denunciando una marginación sistemática desde épocas coloniales y demandando participación en el poder y las riquezas del país. Jartum negó estas circunstancias e inició una contraofensiva militar para poner fin al levantamiento.
A partir de la firma en 2006 del Acuerdo de Paz de Darfur (DPA) en Abuja, entre el GoS y la facción del Movimiento de Liberación de Sudán dirigida por Minni Minawi (SLM-MM), la violencia en Darfur se redujo a una situación menos aguda, aunque sostenida en el tiempo y con graves consecuencias para la población de Darfur.
Por un mandato del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (ONU), la Corte Penal Internacional (CPI) de La Haya, estudió la situación en esta región, acusó al Presidente sudanés, Omar al-Bashir, de genocidio, crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad, por su actuación en la crisis de Darfur por medio de las fuerzas armadas y las milicias árabes janjaweed contra la población civil, en particular los grupos de personas de etnia fur, massalit y zaghawa. La CPI emitió una orden de arresto que está pendiente de ejecución.
La CPI también emitió el pasado 1º de marzo una orden de arresto contra Abdel Raheem Muhammad Hussein (“Hussein”), actual ministro de Defensa de Sudán, por 41 cargos de crímenes contra la humanidad y crímenes de guerra supuestamente perpetrados en el contexto de la situación de Darfur (Sudán).
Asimismo, la CPI investiga a Ahmad Muhammad Harun ("Ahmad Harun"), exministro estatal de Interior de Sudán y actual ministro estatal de Asuntos Humanitarios; a Ali Muhammad Ali Abd-Al-Rahman ("Ali Kushayb"), supuesto líder de la milicia janjaweed; a los supuestos líderes de grupos opositores Saleh Mohammed Jerbo Jamus, Abdallah Banda Abakaer Nourain.
En 2010, la CPI decidió no procesar al supuesto líder opositor Bahar Idriss Abu Garda, como pedía la fiscalía general.

Mujeres darfuríes invisibilizadas
Como parte activa y pasiva de todas las fases del conflicto, las mujeres de Darfur han padecido una práctica dirigida específicamente contra ellas por el simple hecho de ser mujeres.
Además de sufrir todas las formas de violencia presentes en el conflicto como los hombres, las mujeres, desde su nacimiento hasta la edad anciana son agredidas sexualmente. Esta práctica se perpetra de forma sistemática por parte de los grupos armados como una estrategia de desmoralización. Pero por otro lado también se realiza de forma arbitraria por parte de hombres de la población civil o integrantes de distintos grupos armados o incluso instituciones humanitarias, según denuncias presentadas por diversas ONG en el terreno.
Incluso bajo estas circunstancias las darfuríes son casi siempre prácticamente invisibles, y solo se las presenta esporádicamente como víctimas de violaciones.
Por supuesto, no se recogen sus opiniones o iniciativas de paz y desarrollo, en las que participan activamente sin contar muchas veces con ningún tipo de apoyo.
Entidades y profesionales de investigación académica especializada, y ONG activistas de derechos humanos locales e internacionales, destacan la necesidades de un abordaje integral de los conflictos, a fin de ofrecer a la población mundial un contexto claro y real de éstos y favorecer la búsqueda de soluciones pacíficas y sostenibles.

Comunicación para la paz
De este modo, ACNUR Euskal Batzordea trabaja desde 2007 por la visibilización de este conflicto, apoyando a los hombres y mujeres periodistas en su tarea de realizar una cobertura periodística integral en un contexto poco favorable.
ACNUR Euskal Batzordea propone y propicia el esfuerzo por incluir el análisis de las causas del conflicto de Darfur, su contexto nacional, regional e internacional y la incorporación de las voces de todas las partes involucradas, aunque no sean oficiales, gubernamentales o habituales, con especial interés en la inclusión de aquellas que tienen menos poder o menos posibilidades de ser atendidas, como lo son en general las mujeres, los grupos que se oponen al poder reconocido y las provenientes del activismo y la investigación para la paz.